martes, 29 de marzo de 2016

Madrid


El martes previo a la Semana Santa me pegué un tute cultural de no te menees.
Cogí el AVE y me fui a pasar el día a Madrid y me metí cuatro exposiciones entre pecho y espalda. Ingrés y de La Tour en el Prado, los realistas de Madrid y los Wyeth en el Thyssen.
El viaje en el AVE, tempranito, es una gozada ya que vas viendo el paisaje desleírse entre la niebla y el amanecer, las encinas entre jirones, algunos charcos como espejos plácidos. En los túneles tu autorretrato en el cristal, con cara de sueño.

Ingrés, como retratista, siempre me ha encantado y no decepciona. El retrato de Napoleón joven vestido de terciopelo rojo es fascinante,  el famoso de L.F. Bertin es increíble, ese burgués ordinariote, con grandes manos bastas, el pelo canoso y descuidado, la mirada del selfmade man;  a su lado un joven marques de un dandismo y elegancia inigualable lo miraba por encima del hombro. Y por supuesto sus retratos de damas; son fríos, de gran esteticismo, con una perfección en la calidad de las telas y abalorios, única, unas encarnaduras nacaradas, de una lejanía idealizada, pero de gran efectismo, soberbias.
Napoleón de joven consul. Ya prometía...
Promesa cumplida. ¡La apoteosis!

Madame Moitessier.1851. National Gallery.  Los encajes, las joyas, la piel tersa, la corona de flores, sin embargo no le quitan el protagonismo a la mujer, con un dejo de melancolía romántica en el rostro. 

Madame Moitessier.1856. Louvre. Han pasado 5 años y ha perdido la finura anterior, adquiriendo un aire más de matrona respetable.

 Louise Albertine de Haussonville, 1845. La niña mimada, hija y nieta de la aristocracia y el dinero. Biznieta del banquero Necker y nieta de madame de Stael.
El brillo de la seda, el encaje casi transparente, las manos blancas de uñas cuidadas, los jarrones de Sevres, nos trasmiten la suntuosidad y delicadeza del ambiente.
Ojos grises, como la seda del traje, boca perfecta, a la que solo se acercan cucharas de plata.






Hay que estar muy ufano para dejarse retratar así. Me fascinó el minúsculo reflejo de una ventana en la madera brillante del respaldo, que abre el espacio imperceptiblemente.

“Retrato de Jacques Marquet De Montbreton de Norvins” jefe de  policía de la Roma napoleónica. Parece un perverso Scarpia, aunque de signo contrario.

La gran odalisca, bella, fría, sensual, preciosista, pero no tan espléndida y rotunda como nuestra Venus del Espejo

La Virgen adorando la Sagrada Forma, con esa estética de estampita de primera comunión de los años  veinte tan bonita y cursilona propio de los prerrafaelitas...




martes, 22 de marzo de 2016

VERA+CRUZ

"Hermanos cúbranse" Y se apagan las luces, y todo queda en la penumbra temblorosa de la luz de la candelería del palio, de los hachones del Cristo, de la batea de cirios verdes que esperan para ser repartidos entre los nazarenos, y cuyas llamas se agitan arracimadas. Sobre ellas el aire cálido forma una película, a cuyo través, vemos los objetos titilantes y oníricos.

"Hermanos cúbranse". Y todos nos ponemos el antifaz. Ahora somos figuras anónimas y oscuras bajo el ruan.
Es la túnica de mi padre la que visto. Ya gastada. Mis pies descalzos pisan la lápida fría de la capilla, delante del altar, bajo la que se haya la cripta de la Hermandad. Mi padre también está aquí.

En el silencio tenebroso, sólo se escucha el golpe seco de las cruces de madera que se reparten entre los penitentes. Las manos del que enciende los cirios resguarda la llama para que prenda y un ligero fulgor anaranjado le traspasa la piel, convirtiendo la palma cerrada en un fanal candoroso, como en un cuadro de De la Tour.

Le toca a mi tramo avanzar, vamos en fila hacia la puerta. Pasamos ante el Cristo que inclina la cabeza yerta y encoje las manos amoratadas, pequeñas, como los lirios del monte a sus pies. Frente a la Virgen elevo la mirada. El entrecejo fruncido, dolorida y pálida, como la cera encendida de su paso, como las rosas de las jarras de plata, como el pañuelo trémulo en sus dedos.

Me dan mi cruz. La tomo. La abrazo. Durante cinco horas será mi compañera en la silenciosa noche.Quisiera, en la vida, ser capaz de llevarla así abrazada. Hacer efectivo el lema de mi hermandad que reza en letras de plata sobre la cruz de guía, que acaba de cruzar el umbral de la puerta: "Toma tú cruz y sígueme".



lunes, 21 de marzo de 2016

A che bellezza

En el dormitorio alto del antiguo convento de Santa Clara, Mariví Blasco, a la que acompañaba  J. Carlos Rivera, con la tiorba, nos deleitó con un recital maravilloso.
Tiene una voz prodigiosa, nítida, translúcida.
Bajo el artesonado de la sala, que hacía más íntimo el espacio, sobrevolaban los trinos desde una garganta de la que surgían con una facilidad pasmosa. Se elevaban por la sala como lanzas afiladas de luz. Como rayos a través de un vitral, límpidos, directos, tersos, puros.
Cuando concluía una pieza, dejaba flotar la última nota, que se alargaba como una voluta de humo que se va diluyendo  imperceptiblemente y se deshace, tenuemente, subrepticiamente, dejando estremecido al auditorio.

Canciones, sacras, de amor galante, que recitaba previamente, traducidas del italiano, con gracia.

Cuando salíamos, estaba en la puerta, y la felicité. Siendo una voz única, con una escuela, una técnica y una dulzura exquisita, todavía me preguntaba, como asombrada, ¿pero de verdad te ha gustado? como dudando de sus propias facultades. Me admiró esa humildad de la artista... Pensé- me decía- que quizá, aquí en Sevilla, en vísperas de Semana Santa, no estuviese la gente para estas cosas...
Nada más alejado de la realidad, el público, qué diferencia con el de otros conciertos más numerosos, ¡ni una tos! quedó fascinado.

Mi amigo de la infancia, DV, ingeniero industrial, de cultura y curiosidad infinita, que fue el que me sacó la entrada y me instó a ir, se compró y me regalo el CD, que estoy deseando escuchar, y después nos fuimos a tomar unas cervezas, en una compañía estupenda, concluyendo una noche perfecta.


jueves, 17 de marzo de 2016

Noche de cuentos

Están Pilar y Santiago juntos en la misma cama, me acerco a darles un beso, tienen las caras todavía coloradas por el agua caliente y huelen a gel pues se acaban de bañar, se arrebujan en las mantas y exigen el cuento de cada noche. Les leo uno de Grimm, que nunca escuché antes, en el que el propio padre, el rey, ordena que su hija se hunda en un barco junto a su amante, por haber cometido la felonía de haber asesinado a su propio marido. No me invento nada. A los niños les debe parecer de lo más normal porque no dicen ni mu.

Pilar no se conforma porque se ha enterado de que ayer se perdió el cuento que relaté a Santiago. Como me he niego a repetirlo a estas horas, además me lo había inventado, Santiaguito accede a contárselo. Yo que lo escucho desde fuera me quedo pasmado. Lo repite fielmente, como una grabadora, yo no creo que me hubiese acordado de nuevo de tantos detalles- ¡aquí huele a carne fresca! repite,-y vio los pies del ogro debajo de la cama- continua. - y la vieja le dio unas botellas de vino para emborracharlo (yo no dije esa palabra, sino "para que se durmiese" pero los niños
no se pierden en sutilezas) y cuando huía rompió una taza con el codo y lo despertó- sigue.. exactamente tal como a mi me fue saliendo sobre la marcha ayer.

De nuevo me asombro y asusto de  hasta que punto somos un referente.

lunes, 14 de marzo de 2016

Sevilla Oculta

Nos acompañó el padre Juan Dobado, doctor en Historia del Arte, está haciendo una labor magnifica en la iglesia del antigua convento del Santo Ángel de Sevilla.
El jueves pasado visité el recién inaugurado museo que acaba de abrir en las dependencias del convento.
Es loable esa iniciativa de poner a disposición de todos ¡y todas! (vamos lo que hoy se entiende por  "la ciudadanía") unos bienes que estaban ocultos y dispersos.
No sólo se trata de obras que se hallaban en el mismo convento, sino que se han solicitado a comunidades de otras localidades.
Se ha restaurado la sala del archivo, donde hay una gran biblioteca con ejemplares únicos, ya que dicha comunidad carmelita, heredó en su día la que era propia del Conde-Duque de Olivares nada menos, y hay manuscritos, incunables, cartas autógrafas de Santa Teresa... algunas expuestas en una vitrina.
Se trata de una colección muy curiosa y, como no podía ser menos, muy monjil. Es decir, con elementos propios de conventos de religiosas, especialmente los niños Jesús.
Como se trata de obras que han estado siempre como encapsuladas en el tiempo, enclaustradas, conservan ese encanto del pasado intacto. Son, como no, de gran ingenuidad, de gran delicadeza, de secreta inocencia. Me han fascinado esas telas barrocas auténticas, del XVII y XVIII, cuidadas y conservadas en fanales y vitrinas desde sus inicios, lo que permiten que las contemplemos con el brillo y prestancia con que salieron de los telares valencianos o venecianos hace cientos de años, lo cual es verdaderamente raro. Esos bordados fastuosos, esas sayas recargadas de las imágenes, vestidas a la usanza de las damas con guardainfante de los Austrias y primeros Borbones, son realmente fascinantes.

La entrada vale 2 euros y la visita es de cinco a siete de la tarde.

Independientemente de lo mencionado, aquella estaría más que justificada sólo por deleitarse ante dos obras excelentes, una el maravilloso crucificado de Martínez Montañés, que se venera en la Iglesia, el de los Desamparados, y que ha regresado de su periplo por exposiciones de medio mundo,  la National Gallery de Londres, el Metropolitan de Nueva York, entre otros, y que es un claro ejemplo de la maestría del escultor. La otra, una grata sorpresa para mí, que la desconocía, una pintura del "divino" Morales. También fue inesperado para los propios monjes, ya que su autoría ha sido autentificada por los expertos ahora, tras su restauración, pensándose que era una copia del taller o posterior. En todo caso, transmite todo el patetismo, todo el dolor contenido de la Madre. Me impresionaron los ojos vueltos del cadáver. Lástima que no tengo una foto mejor que la que traigo, ya que el cristal impedía, con los reflejos, sacar algo decente.
La verdad que no esperaba tal calidad y altura.
No se la pierdan.








viernes, 11 de marzo de 2016

El premio del Niño

Berna Perles, ganó el pasado martes, el XIII Certamen  Nuevas Voces Ciudad de Sevilla.
En el entreacto tuvo que alimentar a su hijo de cinco meses que era, seguro, la voz más  nueva clamando por sus fueros.
Parece que le llevaba el pan debajo del brazo pues cuando calló ahíto, su madre salió al escenario con renovadas energías y cantó el aria de Rusalka, con una voz prodigiosa, alzándose justamente con el primer premio. El público fue de la misma opinión y le otorgó el suyo.





Nancy Rodríguez, segundo premio,  tiene una voz poderosa y cantó con gracia y brío la "Salida de Cecilia Valdés".

 Katerina Antípova, me fascinó con la Pasión y el llanto de San Pedro, de Bach.



Gran noche

lunes, 7 de marzo de 2016

Ahora que de casi todo han pasado veinte años...

Había titulado las palabras que después leería tras el almuerzo, Los niños del "Yoplait" o ahora que ya tenemos presbicia, para conmemorar los treinta años de haber salido del colegio. Me parecía significativo que desde la última gran reunión, hace cinco años, prácticamente todos habíamos pasado a tener gafas de cerca.
Para confirmar el hecho, en la misa que celebramos en el mismo colegio,  con el mismo sacerdote que nos dio comunión, ISM se acercó a leer las preces, y vimos como titubeaba, como se alejaba del atril, como cogía el libro entre las manos y estiraba los brazos, para rendirse ante la evidencia de que no veía... JMF, con el pelo casi gris, salió en su ayuda con sus gafas progresivas, entre la hilaridad de los asistentes, que confirmamos, que efectivamente hace ¡30 años! que dejamos el cole.


JMF con sus gafas progresivas

Yo no llevo las gafas puestas, pero confieso que veía regular, a pesar de que las letras eran bien gordas
El grupo de cuarentones largos...

miércoles, 2 de marzo de 2016

Libre la serpiente

Ayer salió de la cárcel el canalla de Otegui, el asqueroso Otegui, la sabandija de Otegui, el vil Otegui, el etarra Otegui, el secuestrador Otegui, el encubridor de asesinos Otegui, el pistolero Otegui, el despreciable Otegui.
Esta piltrafa humana, condenado por terrorismo, sale de la cárcel y Pablo Iglesias lo aplaude y tiene la desvergüenza de decir que estaba preso por sus ideas, y Carmena afirma que le produce gran alegría.
Se presenta como adalid de un país sometido, como defensor de los derechos humanos, comparándose a Mandela.

¿Pero quién cree esto? Un tipo que pertenece a una banda que ha asesinado a cientos de personas, mujeres y niños por una idea que es una mierda. Porque la independencia del País Vasco, es una mierda. Se trata de una región histórica de España en la que se vive como nunca, con un nivel de vida que no ha tenido jamás, unas libertades, unas garantías jurídicas, unas prestaciones sociales únicas.  ¿Pero de que van estos canallas independentistas, pero de que van este Otegui y sus secuaces, de sometidos?  Pero si va uno a Bilbao y se queda a pasmado de lo bien que están, sus museos, sus paisajes, sus edificios de grandes arquitectos, sus restaurantes con una constelación de estrellas Michelín, la gente con un nivelazo que ya quisieran en otros lugares de España. Y tienen la desvergüenza de compararse con minorías sometidas como los negros del Aparheid,  con países humillados, subyugados y vulnerados en sus derechos humanos. ¿Pero de que van, Dios mío? Una sociedad vasca privilegiada, que desde que se instauró la democracia ha mejorado en su estatus de una manera increíble. ¿Dónde está el sometimiento, donde la humillación? Y es en esta zona donde se vive de lujo donde unos terroristas han matado sistemáticamente a cientos de inocentes con un tiro en la nuca o bombas indiscriminadas, durante años, para conseguir, no una liberación de un situación de sometimiento o humillación, no  por que violen a sus mujeres y niños o no les permitan hablar su lengua o ejercer sus tradiciones o porqué estén encarcelados por su religión o sus ideas o porque exista una discriminación racial intolerable, un sometimiento subyugante, ¡no! en este país idílico, de verdes montañas y libertades infinitas, se mata porque quieren tener un estado propio, un parlamento de la señorita Pepis, en definitiva, por una mierda. Legítima, eso sí, esta idea de mierda de tener un país propio es legítima, ¿Pero matar por ello? Como si se tratase de una cuestión de vida o muerte ¿En qué cabeza cabe?

Y ahora, el despreciable Otegui recibido como un héroe, y Pablo Iglesias y Podemos apoyándoles…
Esta sociedad vasca, que ha estado atrofiada, envenenada, perturbada durante tantos años, todavía permite que en su seno se críen alimañas que exaltan el terror y los asesinatos…
Una sociedad vasca que ha sido un ejemplo general de cobardía durante todos estos años. Sólo una parte mínima de ella se ha comportado gallardamente, heroicamente y muchos de ellos han sido asesinados, otros han emigrado a otros lugares de España, y otros han seguido alzando su voz de valientes a riesgo de sus vidas, pero han sido los menos, en esa sociedad sometida e indigna.
Y ahora sale el miserable Otegui y muchos tienen la desvergüenza de aplaudirle, agasajarle y recibirle sin que un clamor de cólera y dignidad los haga enmudecer.

Y Podemos apoyando a los pistoleros.


¡Pues esto es lo que hay!