jueves, 22 de septiembre de 2016

El que nace para ser ahorcado......

Que en un pueblecito perdido de la sierra encontremos una joya nos sorprende. Que permanezca este magnífico retablo en el mismo lugar desde el siglo XV, sin que se lo llevaran los millonarios americanos a sus museos, ni lo quemaran los rojos, ni lo malvendiesen los párrocos postconciliares es para congratularse.
Además perfectamente restaurado. Desde los bancos de atrás, en misa, mientras el sacerdote rural, cantaba desaforada y desafinadamente, y todos mis hijos reían (la homilía sin embargo fue breve, sencilla y sensata) yo me dejaba las pestañas tratando de averiguar si tanto esplendor era cierto o una copia.
Al final nos acercamos a admirarlo, era genuino y verdadero, con detalles deliciosos en su ingenuidad, como este Judas que para que a nadie le quede dudas de su carácter artero, roba una rosca que esconde detrás.

...nunca morirá ahogado



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