lunes, 21 de septiembre de 2015

Como pez en el agua

Preparando una conferencia, me tropiezo con la figura, inconmensurable, casi desconocida en la propia Sevilla, donde nació en 1528, de Francisco Guerrero, uno de los grandes del Renacimiento y de toda la historia de la música. Sacerdote, tuvo una vida interesantísima, entre otras cosas viajó a Tierra Santa a los sesenta años,y publicó sus vivencias; no me resisto a compartir aquí, estas palabras de su relato, por su belleza, ingenuidad y emoción:

nos apeamos besando muchas vezes la tierra, dando muchos loores a Dios y mil suspiros deuotíssimos, dando cada uno su deuoción a la santa ciudad, reyterando muchas vezes: Vrbs beata Hierusalem (19) (p. 18); la muy dichosa y desseada ciudad e yglesia de Bethleem (p. 41); vn pedazo de peñasco tan dichoso que gozó (si se puede dezir) del resplandor y gloria del Dios humanado (p. 43); la santa Ciudad (passim); ... llegamos antes del medio día al bendito Río Jordán, que, aunque no fue por esta parte el bautismo de Christo, por ser el mismo río, fue grande el alegría y deuoción que nos dio su vista. Apeámonos todos (...) y llegamos con grande ansia al agua, y beuiendo quanta se pudo beuer, y lauándonos las cabeças y rostro y manos, parecía que desseáuamos convertirnos en peces, por no salir de aquella bendita agua (p. 65); ...este bendito Río (p. 65).

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