miércoles, 1 de mayo de 2013

Patrística después del desayuno.

No sé que le habrán explicado en el colegio, pero la niña se mete en profundidades teológicas cuando menos me lo espero. Mientras ordeno la salita de arriba y pongo los cojines en su sitio y realizo la puesta a punto de los miles de mandos de los diversos aparatos que surgen por doquier: la tele, la Play, el del aire acondicionado, la TDT,  (ni en la NASA) y trato de introducir las pilas en sus compartimentos respectivos, que ruedan como locas por debajo de la mesa...me pregunta de nuevo por Jesús. Que es el hijo- dice- y se ha muerto, pero no es Dios. Ante tamaña herejía le corrijo- sí, sí es Dios, afirmo rotundo.
No porque ha muerto- contesta- y Dios no muere.
La lógica de sus cuatro año me asombra.
Pero es Dios también- replico paciente
Que no- insiste,-es el hijo...
No sé cómo sacar a mi hija de su arrianismo incipiente. Aunque no lo entienda, tiro del catecismo y concluyo tajante: Mira , hija, el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espiritu Santo es Dios. Tres Personas distintas y un solo Dios verdadero.
Y se ha acabado la presente historia.

2 comentarios:

  1. ¡Hola Ignacio!
    Vas a tener que llamar al padre Sayés para que le dé una teórica a la peque, no vaya a ser que se nos enrede con el "filioque" ;)

    Me encantan las anécdotas familiares de tu blog.

    Un abrazo,
    Carmen (Miguel Ángel Arranz)

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  2. Gracías Carmen. Me alegra verte por aquí y que te gusten mis humildes anecdotas familiares. Un abrazo.

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