lunes, 14 de enero de 2013

Las maravillas de la intrahistoria

No es equiparable al descubrimiento del fuego o la invención de la rueda pero no le va muy a la zaga.
Lo vi en el escaparate de la tienda de objetos de peluquería de alta gama “El gremio” de la calle Francos: “El peine antitirones”- ¡no quiebra el cabello, desenreda sin esfuerzo! - proclamaba efusivamente su publicidad.
Pensé en los aullidos desesperados que he escuchado, desde mi más tierna infancia a mis hermanas, y ahora a mis hijas en la hora de la toilette. Como con la igualdad de sexos el Progenitor A (yo) hace tareas tradicionalmente encomendadas al Progenitor B (mi santa esposa) ;( o ella es A y yo B, no vayamos a liarla) soy sufridor directo del momento: “peinarse antes de salir”.
Una cosa tan sencilla, aparentemente, como acicalarse el cabello puede durar más de media hora. La niña se revuelve, chilla. Cuando tienes el manojo de pelos con la gomilla a punto entre los dedos, tira, se deshace, vuelves a pasar el peine, abandonas, vas a por la otra cabeza, se repite la operación, gritos, espasmos, tirones, al final dos locas a medio peinar dando alaridos por la casa, y el progenitor A o B, maldiciendo…
¡Todo eso se ha acabado, con el peine antitirones, el problema ha sido resuelto! Se lo he pedido a Sus Majestades los Reyes para mi mujer (secretamente para mí) Su precio casi 10 euros, me dio confianza. Si es tan caro debe ser bueno, pensé, confundiendo valor y precio. En todo caso, merece la pena correr el riesgo, me dije. La mañana mágica lo desenvolvimos y apareció una especie de cepillo sin mango, de plástico duro, color fucsia y con las cerdas azul profundo.
¡Ahora peinar a mis hijas se ha convertido en un placer! Les acaricio sus cabellos infinitas veces sin dolor. Hasta el más áspero se rinde dócilmente. Una tarea ingrata se ha tornado en un verdadero deleite. Estoy desenado que salgamos para “pasar el cepillo”.
¿Cómo no ha tenido mayor repercusión un invento tan revolucionario para las mujeres desmelenadas? No lo comprendo. Y mientras tanto que si Mas pide o no la independencia. ¡Y a mi qué! yo tengo otros problemas, y uno de los más importantes ya se ha resuelto nada más comenzar este año 2013. ¡Empezamos con buen pie!

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