domingo, 30 de diciembre de 2012

En el día de hoy: cosas de familia.


Cuando termina la película aparecen los dibujitos de Finn y Jake, que les tengo prohibido porque alguna vez que los atisbé, así de pasada, no me gustaron nada.  Tampoco hay que exagerar, serán cosas mías, y mientras recojo algunas cosas los dejo puestos, concediéndoles el beneficio de la duda. Y de pronto escucho una cancioncilla: “meneo mi culete, meneo mi paquete”(sic). ¡PROHIBIDO! - Estallo -¡PRO-HI-BI-DO!
Hay cosas que simplemente no me entran en la cabeza  ¡dibujitos para niños! 

Salimos de misa, la calle Sierpes a tope, mi mujer se adelanta con los mayores entre la marabunta y me quedo con los dos enanos que están “flamencos”. Ambos quieren ir a hombros a pesar de que les digo que papá  sólo tienen una cabeza.  Aunque lo comprenden, no les sirve de justificación. Santi se sienta en el suelo y yo sigo con Pilar unos pasos a ver si aquel se asusta. Cuando miro para atrás la que se ha asustado es una señora mayor  de abrigo de visón que lo cree perdido y le atiende solícita, yo me apresuro entre la gente- no se preocupe, que es mío, jeje, -trato de sonreír  entre el cabreo-¡ hay hijo que susto, menos mal!- responde aliviada- me disculpo, doy las gracias y vuelvo la mirada hacia delante: Pilar es ahora la que es atendida por una pareja joven, que mira desesperada entre la gente. Arrastro a Santiago sin contemplaciones, no quiero que esto se convierta en una partida de ping-pong. Acudo presuroso. ¡A menos mal!- se les ve apesadumbrado- ¡con las de cosas que están ocurriendo ahora!- Gracias, gracias, je, je, -balbuceo . Se van, ¡Esto se ha acabado!-grito furibundo entre el gentío, mientras los dos, sentados en la calle, lloran. ¡A la de tres los dos andando hasta casa! En ese instante Manolito viene corriendo  y me salva. ¡Venid, mamá va a entrar en un nacimiento de chocolate! grita, y los dos se van tras él como una exhalación. ¡Bendito sea Dios!

Ayer me mandaron al super a solventar algunos desavíos urgentes: papel de plata, jabón para los platos… Compré los más baratos, la marca blanca. No llegaba al euro. En el pecado llevo la penitencia. Acabo de fregar la olla de los macarrones. ¡Ojú con el falso Fairy, si  echo un escupitajo hace más espuma! ¿A qué va a ser verdad lo del  “milagro antigrasa”?

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